Los truficultores esperan el comienzo de temporada con incertidumbre por la sequía

Los truficultores de Sarrión esperan el comienzo de la campaña de recogida de trufa de Teruel, que empezará en unas tres semanas, con incertidumbre tras la falta de lluvia de los últimos meses. Temen que las altas temperaturas y la sequía afecte a la producción. 234 agricultores confían en el fin de las obras del regadío social y su puesta en marcha la próxima campaña para asegurar la producción de mil hectáreas de trufa negra.

El regadío social de Sarrión es una demanda con más de 20 años de historia y tres años de obras. Su instalación tiene un coste de 19 millones de euros y estará operativo esta primavera. "Estamos en torno al 90% de la ejecución, nos falta el tema de la alimentación, que son dos líneas de la luz que están pendientes de ejecutarse de aquí a final de año, y todas las instalaciones eléctricas de todas las salas de bombeo", afirma Carlos Casas, responsable de TRAGSA.

El regadío social garantizará mil hectáreas de carrascas truferas. "Empezamos con 618 hectáreas y ahora estamos alrededor de 1.000, porque se han metido más fases. En un principio, esperamos que esto siga creciendo porque el futuro de estos pueblos de las zonas rurales es este, tenemos pocas posibilidades", dice Manuel Doñate, presidente de la comunidad de regantes de Sarrión.

Se trata de un agua que llegará a través de una extensa red de tuberías para la próxima campaña. Esta temporada, que empezará a mediados de noviembre, esperan mejor cosecha que el año pasado, pero lejos de un ejercicio óptimo en el que se producen cien toneladas de trufa en la provincia. "Es un producto que está debajo de la tierra y no lo podemos ver, así que no sabemos resultados a final de campaña. Ahora ha sido lluvioso, igual un poquito mejor que el año pasado", apunta Daniel Brito, presidente de ATRUTER.

Actualmente, unas 12.000 hectáreas producen la 'tuber melanosporum' en la provincia de Teruel. Este año los truficultores esperan una cosecha algo mayor que el año pasado, el cual califican de "malo" porque recogieron un 70% de la trufa recolectada en un año normal.

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